martes, 26 de abril de 2011

10 Tesis libres sobre el arte libertario


Me resulta imposible como artista libertario hablar con autoridad del ‘arte libertario’. Sería una contradicción. Los pocos intentos de textos teóricos escritos por artistas libertarios solo pueden difundir interpretaciones personales o de pequeños grupos, difíciles de asumir por el conjunto de artistas.

Tampoco me atrevo a pontificar como teórico del arte libertario porque, a pesar de hacer crítica de arte, ni lo soy ni podría serlo; prefiero entender el arte libertario como una práctica libérrima sin teoría o, en todo caso, con teorías efímeras.

Por otra parte, hay cabezas privilegiadas como las de Rudolf Rocker, Herbert Read o André Reszler a las que consultar sobre conceptos o aspectos históricos del arte libertario.*

Sólo puedo ofrecer modestamente mi visión libre sobre el arte libertario a través de estas diez tesis, para discutir con artistas afines o lectores curiosos.

1. No existe un arte libertario como tal, sino artistas influidos por el pensamiento libertario.

Solo podemos hablar de ‘arte libertario’ como del arte de cualquier estilo o tendencia influido por el anarquismo.

El mayor logro del anarquismo a lo largo de su historia no ha sido el triunfo político sino, precisamente, su amplia influencia en la sociedad, en la cultura y en el arte. Frente al liberalismo, el libertarismo ha sido la otra gran tendencia, a menudo oculta, de nuestro tiempo.

2. Lo libertario es la esencia misma del arte de vanguardia y contemporáneo.

Obviamente no todos los movimientos o artistas de vanguardia han sido libertarios, pero el impulso hacia la libertad total (que nada tiene que ver con el ‘libertinaje’ sino la libertad como ‘principio’ de autonomía y de responsabilidad) como proceso abierto es una herencia libertaria del arte que, cuando adquiere conciencia política (libertaria), da sus mejores frutos.

3. El valor principal del arte libertario es su antiautoritarismo.

Esta característica impide que existe un dogma estético y por tanto un único movimiento o un estilo específicamente libertario.

La diferencia entre el arte libertario y el arte que históricamente se ha declarado ‘marxista’ es justamente esa, por lo que del arte libertario jamás hubiera producido algo semejante al ‘realismo socialista’. Del arte libertario solo puede nacer una pluralidad de enfoques libres.

4. El compromiso entendido desde la libertad es el núcleo activo del arte libertario.

La negación de autoridad o dogma estéticos no impide sin embargo la noción de compromiso político y social, solo que éste se ejerce desde la radical opción por la libertad individual. Frente al esteticismo del arte por el arte, el arte libertario promulga el arte por la libertad, un arte activista por el bien común y la justicia social.

5. La historia del arte libertario es la historia de la libertad creativa.

El anarquismo ha influido poderosamente en todas las artes desde las vanguardias históricas como el impresionismo o el expresionismo hasta las neovanguardias como el arte conceptual o el happening. Pero es en las tendencias con conciencia política de la libertad como el dadaísmo y el situacionismo donde se manifiesta más claramente.

En la actualidad, son las líneas de arte más activistas o artivistas las que mejor recogen su impulso: el punk y el ciberpunk, el cómic y el arte urbano del graffiti político, el net art y la guerrilla de la comunicación, en los que dominan la crítica, la parodia y el humor.

6. El objetivo del arte libertario es el arte-vida.

Frente al propósito del arte de vanguardia más convencional de obtener la obra de arte total como construcción (R. Wagner), el arte libertario más avanzado persigue aprehender la libertad. No tanto la producción de objetos comerciales sino la creación de condiciones de libertad en las cuales la vida plena y por tanto también sus facetas creativas, pueda desarrollarse. Como señalaba J. Beuys, ‘todo ser humano es un artista’, y el arte mayor es el arte de la vida…

7. La manifestación más vigorosa de arte libertario en la actualidad es la ‘cultura libre’.

La cultura libre, del software libre al copyleft, se muestra libertaria ya desde los orígenes de internet, no en tanto en cuanto estética libertaria -que no la hay- sino en cuanto a condiciones de producción y distribución.

La defensa y el desarrollo del comunal digital del conocimiento, la cultura y las artes, como un todo accesible y gratuito en el cual todos los usuarios participan, es en estos momentos el gran horizonte libertario que puede revolucionar nuestra economía y nuestra política, a través del arte y la creatividad...

8. El laboratorio artivista es el espacio del arte libertario.

El concepto de ‘laboratorio experimental’ es el espacio privilegiado del arte-como-cultura-contemporánea global en el que confluyen y se mestizan todas las artes. Por ello es tan importante crear laboratorios contemporáneos artivistas en los cuales el arte colabore con todas las luchas sociales para generar estrategias de rebeldía social.

9. El arte ácrata no es antirreligioso sino anticlerical.

El arte libertario por su negación de la autoridad no puede estar sometido a la obediencia, los dogmas o normas de una iglesia, lo cual no impide que pueda manifestarse como un arte de una profunda espiritualidad humanista o cristiana, como en el caso de Tolstoi.

10. La ciudad del arte libertario como contrautopía.

El objetivo del arte libertario es a través del arte construir la ciudad de los productores, en la cual todos seamos, de alguna manera, creadores de la comunidad y para la comunidad. Una ciudad creativa y participativa, autogestionada y libre, libertaria… No es una utopía sino una contrautopía y, al menos, como propone Hakim Bey, una “zona temporalmente autónoma”.

Sirvan estos diez comentarios libres como aproximación al arte libertario, pero para profundizar lo mejor es disfrutar de las grandes piezas de arte libertario, desde la película “Cero en conducta” de Jean Vigo hasta el cómic “V de Vendetta” de Alan Moore…

Coda: El arte libertario en Euskal Herria.

Quizá la contribución de Euskal Herria al arte libertario no haya sido decisiva pero tampoco despreciable. Nuestras vanguardia vasca ha estado más influida por el paradigma marxista que por al anarquista. Sin embargo hay que reivindicar a nuestros artistas libertarios perdidos en el exilio republicano como el pintor navarro Gerardo Lizarraga.

No obstante, hasta nuestros grandes creadores han tenido su etapa anarquista; por ejemplo, Jorge Oteiza, dialéctico y marxista en su etapa escultórica, cuando abandona la escultura, se convierte en un inclasificable poeta libertario.

El arte libertario, poco amigo de los museos y las historias canónicas del arte, ha florecido sin embargo, además de en algunos de nuestros poetas euskaldunes y en la música punk, en la rica producción imaginera de fanzines, cómics y cartelería en torno a la okupación y los gaztetxes.

Allí donde la libertad reclamaba a la imaginación activista y contestataria…

*Gracias a la información de Txema Berro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario