miércoles, 8 de septiembre de 2010

Al otro lado del muro

arte urbano en la era de la globalización

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Al otro lado del muro” es una exposición de arte urbano en el contexto de “Cantamañanas VI International Urban Art Festival”, iniciativa trasnacional europea que se celebra en Huarte.

La novedad es que en esta sexta edición el festival de arte urbano, sin abandonar su espacio natural -los murales en la calle- se traslada también al otro lado del muro, al interior del espacio museístico del Centro de Arte Contemporáneo de Huarte.

Este exposición junto al festival, ha sido comisariada por el artista urbano Jabier Landa “Corte”, coordinada por el Area de Cultura del Ayuntamiento de Huarte, que desde 2004 apoya el festival Cantamañanas, y ha contado con la activa colaboración de dos colectivos juveniles: el colectivo uhartearra Cantamañanas y el colectivo alemán The Clock Works.

En la exposición participan 14 artistas urbanos o ‘escritores’ de graffiti de diferentes ciudades europeas: Rafael Gerlach “Sat One” (Munich), Jonas Ihlenfeldt “Bond” (Leipzig), Il-Jin Choi “Atem” (Frankfurt), Alexander Becherer “Biserama” (Baden-Württemberg), Pablo Fontagnier “Hombre Uno” (Mannheim), Eva Mendes “Den” (Bilbao), Martí Carós “Sagüe” (Barcelona), David Celaya “Cade” (Vitoria), “Brazo de Hierro” (Gerona), “Kuru” (Gerona), Javier Murillo “Star 75” (Pamplona), Rubén Martínez “Sye” (Orcoyen), Xabier Angós “Nesh” (Pamplona), Jabier Landa “Corte” (Huarte/Bremen).

Así mismo colaboran, en diversas manifestaciones creativas y talleres: “Neat Cartoon”, “Sawe”, “Foner”, “Newnow Adventures”, “Este”, “Malakkai”, “Pin”, “Jeas” y “Aker”.

En la Planta 1ª se expone un gran mural colectivo compuesto por 14 paneles pintados in situ por los artistas urbanos invitados, cada uno en una gama de color y reflejando su estilo característico, junto con obra de menor tamaño.

En la Planta 2ª se exponen diferentes trabajos de los artistas urbanos invitados y proyecciones.

Un muestra de arte urbano multidisciplinar que trae las raíces callejeras a los muros del centro de arte.

Al mismo tiempo, en el exterior, en tres puntos de la localidad de Huarte -C/Nuestra Señora del Pilar, C/Larrainak y C/San Francisco-, se puede contemplar tres grandes murales sobre fachadas, basados libremente en el tema “Naturaleza y flora”, pintados entre el 9 y el 12 de septiembre como inicio del festival, por un grupo de 40 artistas urbanos de diferentes procedencias, locales y europeos.

Una intervención colectiva que muestra la vitalidad expresiva del graffiti directamente en los muros de la ciudad.

Al otro lado del muro, a ambos lados del muro, en la ciudad y en el centro de arte, el arte urbano despliega su fuerza e imaginación.

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EL arte urbano nació en la década de los 60 en torno al graffiti clandestino que inundó las calles y los vagones de metro de las grandes urbes norteamericanas y ha evolucionado hasta convertirse en el arte de una cultura juvenil global.

Esta muestra es una demostración del grado de complejidad y diversidad que ha alcanzado el graffiti, desde la caligrafía escueta del tag hasta el 3D, desde las aproximaciones figurativas al stencil.

Una evolución técnica e ideológica, que parte de la afirmación del ‘yo’ juvenil hasta la imaginativa contestación urbana.

Por otra parte, constituye una constatación de la envergadura y amplitud del arte urbano posgraffiti, en el cual el graffiti se interrelaciona en el universo artístico contemporáneo de la ilustración y la pintura, del cómic y del diseño gráfico, del tatuaje y de la t-shirt, de la fotografía y del vídeo, de la escultura y la instalación, de la blogsfera y del videojuego, del hip hop y del skateboarding, etc.

El arte urbano ha dejado de ser la precaria expresión de las tribus urbanas excluidas -el grito del ghetto-, para convertirse en hipercultura de la clase juvenil en la era de la globalización, que comparten jóvenes de todas las latitudes.

El street art, el arte callejero, se transforma progresivamente en urban art, arte urbano, el arte espontáneo y participativo de una ciudad recreada por y para sus habitantes, la mayoría jóvenes autodidactas que se reapropian espacio público a través de la reinterpretación de los signos y la imaginería de la contracultura.

Un arte urbano que se atreve a dejar el spray y finalmente entra como un festivo caballo troyano en el centro de arte -siguiendo la estela de Jean-Michel Basquiat y Keith Haring- para legitimarse como nuevo arte popular y legitimar a las instituciones culturales con vocación democrática.

Frente a la represión de los ‘vandálicos grafiteros’, se avecina el pacto por la ciudad: se negocian los muros adecuados y se pintan murales sobre la igualdad de género y la interculturalidad, se organizan concursos municipales y festivales europeos, se expone en los centros de arte y hasta se crean museos de arte urbano…Se celebra y se comparte el arte urbano no solo como arte juvenil sino como el arte de la ciudad.

Entre el manierismo del graffiti y la virtuosa negociación cívica, es posible que el arte urbano haya alcanzado su etapa de madurez y deba reservar su rebeldía para otras batallas por venir…

Así, surge el arte urbano como sampling de disciplinas estéticas, de conflictos urbanos, de interacciones culturales y de aspiraciones sociales de la juventud y de la ciudad mestiza y multicultural de la globalización.

Una ciudad, al menos por unos días, sin muros de separación, sólo con muros de expresión libre y compartida. Una ciudad liberada por los guerreros del graffiti.

Trojan Horse

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